miércoles, 8 de abril de 2009

Semana Santa y Democracia.



De niño asistí a más clases de catecismo de las que hubiera querido. Una de las contradicciones lógico-teológicas con las que me enfrenté vino de boca de una mujer conocida como Madre Raquel (que no era madre de nadie) una mujer joven y con unas pequeñas manchas en las mejillas que muchos, pero muchos años después supe que dan por tomar anticonceptivos (¡!). La contradicción era: Dios mandó a su hijo a que se sacrificara y para que con su muerte se limpiaran todos nuestros pecados.

Inmediatamente vinieron a mi las siguientes ideas:

1.- ¿Nuestros pecados? Serán los de alguien más, yo no he hecho nada malo y sólo tengo 8 años.
2.- ¿No habrá otra forma de arreglarlo? ¿De verdad había que matar a al hijo de alguien de forma por demás sanguinaria para limpiar los pecados?
3.- ¿Matando a quién vamos a limpiar el cochinero de Chernobil o las porquerías del Jolopo?

Nadie me las contestó. La Madre Raquel saco un librito de formato horizontal, que presentaba en forma de diorama episodios bíblicos y de la vida de Jesús (recuerdo unas letras pequeñas en dorado en la última página: “... Rigths Reserved, made in Houston Texas by ...” A lo que yo agregué –¡Yo tengo uno igual de dinosaurios, lo trajo mi papá de Houston Texas!– Houston Texas debía ser la cuna de todos los dioramas del mundo). Al parecer nadie compartía mi apreciación por el material didáctico.

Otra de las contradicciones era la de que Jesús era un judío, pero más adelante en el catecismo, algo más conservador, señalaban que los judíos eran gente mala por que habían traicionado y matado a Jesús. Y eso era tan cierto como que los mexicanos habían traicionado y matado a Zapata. Pero si Dios había mandado a su hijo a morir por nosotros (quien quiera que fuera nosotros) entonces ellos habían ayudado a ejecutar el plan divino.

También se mencionó que El Imperio Romano, había matado a Jesús. Poncio Pilatos y todo eso.

Como sabemos Poncio Pilatos presentó a Jesús a una plaza llena de gente. Preguntó, en el marco de las celebridades de la pascua, a quién debía perdonar la vida de entre dos enemigos del estado, estaba con Jesús un tipo de nombre Barrabás que contaba con más simpatía que el otro. Pilatos, un gran demócrata, ahora lo sabemos, dejó en manos de el pueblo la desición de crucificar a alguien.

Así; llegamos a la conclusión de que no fueron los judíos quienes mataron a Jesús, ni siquiera fue el Imperio Romano. Fue el pueblo, y que tomó esta decisión mediante un ejercicio de democracia directa conocido como plebiscito.

Es decir, la democracia mató al hijo de Dios.

1 comentario:

Juan Evers dijo...

ahhhhh, así que por eso cierta hermana de cierta novia que tengo (o tuve) no quiere ir al dermatólogo.... ¡con que si ehhhhh!
Eres un profanador... de la democracia